Ya hace meses que ocurrió, concretamente en enero de este 2017, pero el eco del cierre de la librería Céfiro resuena aún más sordo a medida que se acerca la Feria del Libro y con la reciente apertura de nuevas librerías en el centro de nuestra ciudad. Nuevas librerías como Caótica, Un gato en bicicleta o La Isla de Siltolá que suponen una puesta al día del concepto librero. Su llegada al panorama sevillano es un soplo de aire fresco, una estimulante e ilusionante “primavera librera” (como la define en su artículo eldiario.es [1]).
Las nuevas librerías, junto con “jóvenes clásicos” como La Fuga, La Casa Tomada o El Gusanito Lector, son necesarias. Su existencia, supervivencia y éxito parecen querer contradecir el aforismo de aquel profesor cordobés que afirmaba que «España es un país que se pone delante de un toro, pero que ve un libro y sale corriendo«.
Con este nuevo panorama librero y con la apertura de CaixaForum parece posible sacar adelante a esta nuestra Sevilla, tan afín a la cultura en su sentido más “naftalínico” (el cartel de las Fiestas de Primavera de este año es ejemplo paradigmático).
Dicho todo esto, y apostando siempre desde Arcadia Coworking por este impulso hacia delante, no podemos dejar de manifestar nuestra honda tristeza por el cierre una librería “de toda la vida” como era Céfiro. Sigue resonando en nuestros oídos el caer de esa persiana.
Somos un espacio de coworking que desde su nacimiento ha manifestado un especial compromiso con la difusión cultural, por lo que contamos con una selecta biblioteca centrada en humanidades. Buena parte de nuestros volúmenes de Historia fueron adquiridos en imborrables visitas a la librería sita en la calle Virgen de los Buenos Libros (siempre creí que la calle se había ganado el nombre gracias a la librería… ¡Y por lo visto Ian Gibson también lo opinó!). Eduardo Baraja y Luis Salas nos recibían con respeto y educación exquisita. Un cierto aire dandy les hacía merecedores de recíproco respeto.
Leo en El Correo de Andalucía la entrevista que les hicieron cuando la clausura era cosa hecha[2] y, con cierta melancolía, al final surge una sonrisa agridulce. Ha sido una decisión de Eduardo y Luis. Ha sido su decisión. Después de más de 30 años su Anábasis ha terminado. Para ellos es hora de descansar.
Como despedida no queremos dejar de recomendar la lectura del artículo de Ismael Yebra para Diario de Sevilla con motivo del cierre de nuestra querida librería: “Adiós a Céfiro”[3]
“La historia se convirtió en leyenda, la leyenda se convirtió en mito”
[2] http://elcorreoweb.es/cultura/serena-despedida-de-un-librero-NN2539539
[3] http://www.diariodesevilla.es/opinion/articulos/Adios-Cefiro_0_1101190430.html